Actividad realizada en el marco de la cátedra de Francés I, A.A.L.E, Departamento de Lenguas, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto.
Carrera: Profesorado de Inglés.
Estudiante: Armando Julieta
“No se nace mujer, se llega a serlo”. Esta frase no salió de una pancarta en una protesta feminista, ni siquiera salió de este siglo, y aún así, su vigencia y su conexión con la conversación actual sobre la dicotomía sexo-género no se puede negar. Las intenciones de Simone de Beauvoir, autora de esta frase en el siglo XX, pueden haber sido diferentes a las intenciones de feministas actuales. Los objetivos del movimiento, como el contexto social, histórico y político, eran diferentes. Sin embargo, las palabras de Beauvoir resuenan en nosotras, familiares y revolucionarias al mismo tiempo.
Nacida el 9 de enero de 1908 en el seno de una familia parisina burguesa y de fuerte educación católica, Simone de Beauvoir se independiza a una temprana edad para comenzar a forjar su propio camino tanto económica como intelectualmente. Beauvoir estudia en la Sorbona, donde en 1929 conoce
al filósofo que será su fiel compañero de vida, Jean-Paul Sartre. Juntos, la pareja redefinirá para muchos los conceptos de amor y sexualidad, algo que también se trasluce en la obra de la autora. Beauvoir se gradúa en filosofía y, hasta 1943, se dedica a la docencia. En 1943 publica La invitada, su primera obra, en la cual describe su relación con Sartre. Junto a su pareja y otros intelectuales de la época, funda la revista “Tiempos Modernos”, la cual actuará como referente político y cultural de la izquierda del momento. Muchas de las obras de Beauvoir están impregnadas con su filosofía de vida, en la cual se entremezclan fuertes convicciones relacionadas al existencialismo y el marxismo.
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