Lo vivido el día viernes en relación a nuestro encuentro con el grupo «Asociación un minuto para ver» nos conectó con la sabiduría y la experiencia de quienes la vida los llevó a transitar un camino diferente, doloroso por momentos, injusto quizás pero que les permitió desarrollar otras capacidades que nosotros, quienes tenemos una vida convencional, no hemos tenido acceso. Creo eso nos iguala…
Fueron cuatro exposiciones de Lucio, Silvia, Nelson y Sergio. Cuatro historias de vida de lucha, de resiliencia pero a la vez con un mensaje muy positivo y esperanzador que con amor y voluntad siempre se puede… y también se puede ser feliz…
Me sentí reconfortada con la historia de Sergio y el amor en estado puro de toda una familia que se adaptó, que modificó hábitos por amor al Jefe y referente del Clan.
Otra cosa que me impactó fue como el hecho de abrirse a una experiencia grupal, hablo de Julia, le permitió salir de su encierro, de su resentimiento por lo que le toca vivir.
Asimismo, me dió la impresión que quizás es mucho más difícil cuando uno pierde la visión luego de haber apreciado el mundo y sus colores, es el caso de Sergio. De ser guía pasar a depender del cuidado de los demás, familiares, amigos, etc.
Los vi a todos cerca del amor y con la conciencia de ayudar, dentro de sus posibilidades, y también dejarse ayudar…
Creo reivindican la experiencia grupal, pues solos, en estas circunstancias, es mucho más difícil, yo diría imposible.
La vida y sus matices, nadie está exento absolutamente de nada, hay una fuerza creadora, poderosa, que nos excede y nos condiciona.
Autora: Nelly Calamante