El 22 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Madre Tierra. Para homenajear, recordar y cuidar la tierra que habitamos, nos pareció propicio compartir un trabajo práctico realizado por estudiantes de la Universidad Nacional de Río Cuarto. A continuación, presentamos el escrito de Vanina Galarza, estudiante de la Lic. en Geografía, Facultad de Ciencias Humanas, UNRC.
“En el contexto de la asignatura francés nivel 2, ciclo 2023, a cargo de los Profs Susana Rocha y Angel Bruno, se propone analizar desde artículos en francés, distintas problemáticas que afectan a todo el globo; una de ellas es la ambiental. Como primera actividad vimos un video sobre la necesidad de salvar el suelo (Sauvons le sol, movimiento mundial cuyo objetivo es favorecer un acercamiento consiente de los suelos y del planeta: https://www.youtube.com/watch?v=jrc7op0G6CU ). Se analizaron las causas del deterioro del suelo, consecuencias, posibles soluciones, etc.). Luego tuvimos que crear un dibujo acompañado de una frase y/o slogan que sintetizara el mensaje del video. Con mi compañero tomamos una parte de una frase de Shakespeare “la tierra es madre y tumba de la naturaleza” y a partir de allí comenzamos a jugar un poco con las palabras para crear nuestro dibujo. Elegimos la imagen de una mujer embarazada como el símbolo de la vida, y también lo relacionamos un poco con la cultura de los pueblos originarios, ya que ellos honran a la Pachamama, «Madre Tierra» (en quichua), diosa de la fertilidad, una diosa que produce y engendra, que preside la siembra y la cosecha, como así también, tiene el poder de mantener la vida en la Tierra”.
Transcribimos el relato presentado a Mireya Viladevall Guasch, antropóloga mexicana que visitó nuestra clase el 12 de abril 2023, donde estudiantes de Francés I y Francés II y el grupo “un minuto para ver” con quien se habló sobre Edgar Morin y el paradigma de la complejidad:
Nuestro planeta, la Madre Tierra, es la deidad primordial y primigenia en los antiguos panteones, llamada Gea o Gaya por los griegos, o Terra o Tellus por los romanos. Única en su especie, alimentada por energías inconcebibles que nos transmite por medio de los más delicados ajustes; es rebelde, extraña e impredecible, pero también nutritiva y dadora de vida.
Formada hace cuatro mil quinientos millones de años atrás, la misma fue testigo de los hechos más importantes de la humanidad, desde el origen de la vida hasta los grandes avances de la ciencia y la tecnología que hacen de este espacio un mundo cada vez más globalizado. Esta misma Tierra es la que hoy nos está pidiendo ayuda. La crisis climática y la destrucción de la naturaleza se han convertido en las principales problemáticas de las sociedades modernas que afectan a todo el globo y sin distinción de nivel socioeconómico, raza o religión.
El cambio climático, un concepto muy utilizado en nuestros días, un concepto que genera una variedad de opiniones y pensamientos; incertidumbres y polémicas. Lo cierto es que el cambio climático, un proceso natural que se debe desarrollar con el paso del tiempo, se ha ido acelerando a una velocidad alarmante desde el siglo XIX a causa de las actividades humanas, impulsadas por los patrones dominantes que producción y consumo que han elevado el grado de contaminación y colocaron a los recursos naturales en una situación crítica.
Desde 1990 se registra un retroceso global de los glaciares. Cada tres segundos el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a un campo de fútbol lo que se traduce a más de 4,7 millones de hectáreas de bosques por año. El 50% de los arrecifes de coral ya se han perdido y para el 2050, podrían desaparecer hasta el 90%. Las enfermedades transmitidas por el agua son una de las principales causas de muerte de niños menores a cinco años, matando a casi mil infantes cada día. La cantidad de personas desplazadas está en su pico más elevado en la historia (más de 65 millones). Cada año, los usuarios de los países ricos desperdician una cantidad de comida (222 millones de toneladas) prácticamente equivalente a la producción alimentaria neta de África subsahariana (230 millones de toneladas).
¿Qué nos está pasando como sociedad? ¿En qué momento pasamos de tenerlo todo a destruirlo todo?
Detengámonos por un momento y miremos a nuestro alrededor, casi todo está arrasado y como decía Víctor Hugo «Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha». Escuchemos el llamado de atención de nuestro planeta, su enojo expresado el fuerte rugir del mar o cuando vienen las tormentas los gritos de inundación ¡Son los rayos y los truenos el rugir de su interior!
Quizá muchos piensen que ya no tiene sentido realizar cambios cuando gran parte de la biodiversidad y tierras fértiles se han perdido, el aire y el agua fueron contaminados y los recursos se están agotando. Todavía estamos a tiempo, pero la elección es nuestra. ¿Miramos para un costado o, emprendemos el compromiso de cultivar nuevos valores que permitan una toma de conciencia crítica del escenario mundial?
«La tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre», decía Mahatma Gandhi. Animémonos a ofrecer nuestras manos para trabajar por ideales colectivos compartidos, procurando siempre que nuestros actos dejen una Huella Verde en el camino”.
AUTORES: Vanina Galarza y Alexis Gómez.