Universidad Nacional de Río Cuarto. Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Letras. Licenciatura en Lengua y Literatura .Francés Nivel I (5050). Docentes: Susana Rocha; Ángel Bruno. Hecho por Beatriz Rengifo, Alejandro Gómez, Candela Perez Segura.
Ser mujer es un acto revolucionario:
Este trabajo se inscribe dentro del marco de la cátedra de Francés Nivel I de la UNRC, del corriente año. Durante la primera mitad del año nos hemos dedicado a trabajar con biografías de mujeres extraordinaires cuyas contribuciones hechas en las distintas esferas sociales tales como la política, la educación, la ciencia, entre otras, han sido capaces de generar un cambio con respecto al lugar de la mujer dentro de nuestra sociedad. Entre ellas encontramos, por ejemplo, a Emmeline Pankhurst (1858-1928) una política británica que contribuyó en la lucha de la mujer junto para obtener el derecho al voto femenino. También a Malala Yousafzai, una joven paquistaní que ha militado por el derecho a la educación de niñas y jóvenes desde los 18 años de edad, a pesar del riesgo que tal acción significa en su país.
Sin embargo, pensando en cuán admirables han sido estas batallas libradas por mujeres que pretendieron y aún pretenden hacer del mundo un lugar mejor para la mujer, no puedo evitar asombrarme por el hecho de cuán difícil es ser mujer en un mundo de hombres. Pero, mi inquietud no se agota allí… como mujer, día a día me pregunto: ¿Qué implica ser mujer? Pues bien, trabajar con estas biografías me hizo pensar que el hecho de que ser mujer es sí mismo un acto revolucionario. Ser mujer es sinónimo de lucha y reivindicación.
Ahora bien, en el siguiente trabajo me gustaría destacar la figura de Simone de Beauvoir (1908-1986) y su concepción sobre la mujer. De acuerdo con la biografía del sitio web Toupie (F/D), fue una escritora, filósofa y activista feminista francesa. A su vez, fue militante del movimiento comunista y formó parte de la corriente filosófica y literaria del existencialismo (ateo), ampliamente extendido a mediados del siglo XX. Tal como se menciona en el video de RTVE (2016), su filosofía de pensamiento, plasmada en sus obras, no solo significó el principio de un nuevo camino para la mujer en el mundo contemporáneo, sino también una nueva forma de pensar a la mujer. En un mundo revolucionado por los conflictos bélicos de la primera mitad del siglo XX, ella trajo a colación la siguiente idea: “no se nace mujer, se llega a serlo” (2016). Por consiguiente, me gustaría abordar la concepción de Simone de Beauvoir sobre la mujer estableciendo una relación entre algunas frases pertenecientes a algunas de sus obras, trabajadas en una actividad durante las clases de francés, y la canción Ma philosophie (2009) de Amel Bent. Pienso que es posible establecer una correspondencia entre las concepciones que ambas tienen de sí mismas como mujeres.
Pues bien, la canción de Ma philosophie plantea la autopercepción de la autora sobre su condición mestiza —afrodescendiente—, en Francia. Además, vemos cómo se va calificando a sí misma a lo largo de toda la canción, en tanto que se va presentando como alguien humilde, fuerte y auténtica. Estos son rasgos que, a su vez, pueden ser reconocidos en Simone de Beauvoir.
En primer lugar, en cuanto a la humildad destaco el siguiente fragmento de la canción: “Fillie d’un quartier populaire/ Qui a apprit à être fière” (Hija de un barrio popular/ que aprendió a estar orgullosa…). En estos versos Amel Bent da cuenta de sus orígenes y del orgullo que siente por ellos; lo cual, desde mi punto de vista, demuestra que es fiel a sí misma esperando ser aceptada tal cual es. Ahora bien, no debemos olvidar que Simone de Beauvoir no comparte este mismo origen humilde, pero es necesario tener en cuenta que la bancarrota de su abuelo, banquero, condujo a la familia de Simone al deshonor y la privación de recursos. Cabe destacar que su padre le transmitió su gusto por el estudio y la literatura, lo cuales se convertirían en los únicos medios que sacarían a su familia de aquella difícil situación. Así, con total convicción, a los catorce años, Simone de Beauvoir se hizo atea, se independizó y decidió convertirse en escritora. Pues bien, en relación con esto, destaco dos frases de una de sus obras titulada Memoires d’une jeune fille rangee (1958). La primera de ellas es: “En tout cas je devais préserver ce qu’il y avait de plus estimable en moi: mon goût de la liberté, mon amour de la vie, ma curiosité, ma volonté d’écrire…” (En todo caso debía preservar lo que había de mayor importancia en mí: mi gusto por la libertad, mi amor por la vida, mi curiosidad, mi voluntad de escribir…). Y la segunda: “Je me disais que, tant qu’il y aurait des libres, le bonheur m’était garanti…” (Yo me decía que, mientras hubiera libros, la felicidad me estaba garantizada). Lo interesante de esta obra es que Simone de Beauvoir rememora su infancia en el seno de una familia burguesa y católica que espera de ella una forma de ser como mujer a la cual se irá revelando a medida que va creciendo. Lejos de extrañar su antigua posición social acomodada y burguesa, ella estima únicamente algo tan simple e íntimo como su amor por la libertad, la vida, su carácter curioso y su aspiración por volverse escritora. Al mismo tiempo, al igual que le reconocemos su humildad a Simone, también es posible verla plasmada en su posición política y social. Ella admitió abiertamente que su política era una política de oposición (como menciona en la entrevista del canal Encuentro), puesto que lo que para ella prima la necesidad del mundo y la importancia de proveer a las necesidades de todos de la manera más primitiva (2016).
Poco a poco vemos cómo Simone de Beauvoir se va volviendo cada vez más fuerte y decidida a medida que va forjando su propia filosofía de vida. Si volvemos sobre la canción Ma philosophie, veremos que el estribillo parece ajustarse muy bien a la situación de S. de Beauvoir: “Ca ne me fait pas peur/ Même àl’usure/ J’y crois encore et en coeur/ Des sacrifices/ S’il le faut j’en ferai/ J’en ai déjà fait/ Mais toujours le poing levé…” (No le tengo miedo/ incluso al desgaste/ todavía creo y de corazón/ los sacrificios/ si tengo que hacerlos, los haré/ Ya los he hecho/ pero siempre con el puño alzado…). Lo cual para mí se corresponde con el siguiente fragmento de la misma obra, Memoires d’une jeune fille rangee: “Moi, il me faut une vie devorante, j’ai besoin d’agir, de me dépenser, de réaliser; il me faut un but à atteindre, des difficultés à vaincre, une oeuvre à accomplir. Je ne suis pas faite pour le luxe” (A mí me hace falta una vida apasionante, yo necesito actuar, de agotarme, de realizar; me hace falta un objetivo por alcanzar, dificultades por vencer, una obra por completar. Yo no estoy hecha para el lujo). Pues bien, después de su examen del bachillerato o “baccalauréat”, se dedicó a estudiar diferentes disciplinas. Luego ingresó en la facultad de letras de la universidad de París y es allí donde conoce a Jean-Paul Sartre, con quien mantuvo una relación légendaire (legendaria). Su vínculo con Sartre será considerado como “un amour nécessaire” (un amor necesario) que solo la muerte separará. Recordando lo que plantea el documental antes mencionado, este amor parece ser el desencadenante para que Simone de Beauvoir empiece a desenvolverse cada vez más en el mundo intelectual que Sartre le abría. De esta manera surge, progresivamente, el fenómeno feminista y revolucionario que fue Simone de Beauvoir en sí misma.
Finalmente, tanto Amel Bent como Simone de Beauvoir se muestran siempre auténticas, y esto necesariamente guarda relación con la manera en que ellas se perciben como mujeres. Amel Bent expresa: “Je ne suis pas comme toutes/ ces filles/ Qu’on dévisage, qu’on/ déshabille/ Moi j’ai des formes et des/ rondeurs/ Ca sert à réchauffer les coeurs…” (No soy como todas esas chicas/ a las que miran fijamente y desnudan/ yo tengo formas y curvas/ que sirven para calentar corazones…). Ella quiere demostrar que no es como las demás, porque se entiende que como mujeres son más que un simple objeto. Tal como plantea S. de Beauvoir en su obra Le deuxième sexe (1949), un ensayo filosófico y feminista que luego se convertirá en la referencia del feminismo moderno y la revelará a esta autora como una gran teórica feminista del movimiento de liberación de la mujer. Cansada e indignada de ver a la mujer ser tratada como un objeto erótico, ella describe una sociedad donde la mujer mantiene un estadio de inferioridad y propone “l’egalité dans la “L’egalité dans la différence” différence” (la igualdad ante la diferencia) y la emancipación de la mujer. Ella denuncia esta concepción de la mujer ser el “el Otro”, inferior, en comparación al hombre que se presenta como “lo Absoluto”.
Para finalizar, considero que la misma forma de ser de Simone de Beauvoir, con una actitud totalmente rupturista para época, constituyó en sí un acto revolucionario: bisexual, opuesta a la idea del matrimonio, manteniendo en aquella época —lo que hoy llamaríamos— una relación abierta consensuada con Sartre, comprometida en la lucha por la reivindicación del lugar de la mujer en la sociedad… En fin, una mujer con tanta convicción y tan coherente consigo misma que me ha hecho querer adentrarme en sus obras para conocer cada vez un poco más de ella.
Al mismo tiempo, esta misma convicción y coherencia la mantiene Amel Bent durante toda su canción. Con la cabeza en alto y el puño levantado ella seguirá dando todo de sí, haciendo los sacrificios que hagan falta, luchando para ser aceptada tal y como es. Aun cuando vivimos en un mundo que parece pertenecerle a los hombres todavía, las mujeres no han perdido la valentía ni la convicción de poder reivindicar su lugar alzando sus voces. Pero el reconocimiento de sus voces aún constituye una lucha diaria que al igual que un barco surcando aguas tempestuosas, nunca parece tener la certeza de llegar seguro a su destino y, sin embargo, no parece perder de vista su “norte”: luchar por sus derechos y su lugar en el mundo. Simone de Beouvoir rescata esta fortaleza y la plasma en su obra Le deuxieme sexe: “Une femme qui n’a pass peur des hommes leur fait peur, me disait un jeune homme” (Una mujer que no tiene miedo de los hombres, les da miedo, me decía un joven hombre…). De esta manera, me permito ratificar nuevamente mi pensamiento señalado al comienzo de este trabajo: ser mujer es un acto revolucionario.
Bibliografía:
Marino Alfredo (2016). Simone de Beauvoir. Recuperado de: https://youtu.be/Q_3kVCCRMt8
RTVE (2016). Simone de Beauvoir: no se nace mujer, se llega a serlo. Recuperado de: https://youtu.be/-RRfOzLX6Jw
Tour (F/D). Simone de Beauvoir. Recuperado de: http://www.toupie.org/Biographies/Beauvoir.htm
Anexo: Ma philosophie- Amel Bent
Je n’ai qu’une philosophie
Être acceptée comme je suis
Malgré tout ce qu’on me dit
Je reste le poing levé
Pour le meilleur comme le pire
Je suis métisse mais pas martyre
J’avance le cœur léger
Mais toujours le poing levé
Lever la tête, bomber le torse
Sans cesse redoubler d’efforts
La vie ne m’en laisse pas le choix
Je suis l’as qui bat le roi
Malgré nos peines, nos différences
Et toutes ces injures incessantes
Moi je lèverai le poing
Encore plus haut, encore plus loin
Viser la Lune
Ça ne me fait pas peur
Même à l’usure
J’y crois encore et en cœur
Des sacrifices
S’il le faut j’en ferai
J’en ai déjà fait
Mais toujours le poing levé
Je ne suis pas comme toutes ces filles
Qu’on dévisage, qu’on déshabille
Moi j’ai des formes et des rondeurs Ça sert à réchauffer les cœurs
Fille d’un quartier populaire
Qui a apprit à être fier
Bien plus d’amour que de misère
Bien plus de cœur que de pierre
Je n’ai qu’une philosophie
Être acceptée comme je suis
Avec la force et le sourire
Le poing levé vers l’avenir
Lever la tête, lever le torse
Sans cesse redoubler d’efforts
La vie ne m’en laisse pas le choix
Je suis l’as qui bat le roi
Viser la Lune
Ça ne me fait pas peur
Même à l’usure
J’y crois encore et en cœur
Des sacrifices
S’il le faut j’en ferai
J’en ai déjà fait
Mais toujours le poing levé
Viser la Lune
Ça ne me fait pas peur
Même à l’usure
J’y crois encore et en cœur
Des sacrifices
S’il le faut j’en ferai
J’en ai déjà fait
Mais toujours le poing levé
Viser la Lune
Ça ne me fait pas peur
Même à l’usure
J’y crois encore et en cœur
Des sacrifices
S’il le faut j’en ferai
J’en ai déjà fait
Mais toujours le poing levé