Un día con las chicas del Peam: “L’inattendu nous surprend”.
A la segunda vez que Susana, la profe de francés, me insistió para ir al Viaje a Córdoba que había organizado con las chicas del PEAM a ver la obra del artista plástico Julio LeParc, le dije que sí. Sin muchas expectativas más que iba a estar bueno, ver un poco de arte y pasar el día en la hermosa Córdoba.
Salimos el sábado 3 de éste mes desde la terminal, las estudiantes del PEAM, Érica y su mamá, Susi y su mamá, también estudiante del Peam y yo. Más el chofer que soportó unas 5 o 6 horas de ruta sin abrir la boca, solo para preguntar a donde nos llevaba y donde nos esperaba. Llegué a las apuradas, como siempre, pensando que me había equivocado de día, hora y lugar. Pero no, por suerte, ahí estaban. Apenas nos subimos al colectivo la profe tomó asistencia y bromeaban conmigo porque era la más chiquita de la traffic. Recién comenzaba el viaje y ya me estaba divirtiendo. Susi, fiel a su profesión y amante de su trabajo, preparó actividades en francés, papelitos de diferentes colores con frases detrás del filósofo y sociólogo Edgar Morin y algunos con la obra de Julio Le Parc. A todo esto yo me había llevado un libro, pensaba que me iba a aburrir… ni lo toqué!!! Pusimos en común las actividades, charlamos, nos reímos, tomamos mate y les contamos la experiencia de las Jornadas de Lenguas en la uni, donde expusimos con mi compañera Lu; “Edgar Morin: referente conceptual de la política de civilización, camino abierto hacia un mundo mejor”.
Llegamos y el día estaba precioso, fuimos a un bar a tomar un café y al baño y luego paseamos por la “manzana jesuítica”, compramos artesanías y libros. Con la dulce Flora descubrimos que pasamos las fiestas en la misma cuadra, en mi pueblo. De ahí, fuimos a comer a una peatonal, no encontrábamos lugar y se venía tormenta así que decidimos comer algo rápido en una panadería, pero no era una simple panadería, había de todo y cocinaban ahí mismo.Algunas se llevaron algo para compartir con la familia el domingo. Empezaron a caer las gotas y también cayó del cielo mi prima Lucía a saludarme, que se tomó un ratito de su tiempo de estudio para darme un abrazo. Volvimos a la traffic pues llovía a cántaros y tres compañeras se perdieron. Las esperamos y decidimos ir a esa hora a la exposición para más tarde poder recorrer otro lugar y volver temprano a Río Cuarto. El edificio de tarjeta naranja ‘Casa Naranja’ en la calle ‘La Tablada’, un espectáculo, ya era una obra de arte desde antes de entrar, había dos muñecos gigantescos, un parque con lugares para sentarse e imágenes de la obra que hay dentro del edificio. Ingresamos y los empleados nos enseñaron el recorrido. Estábamos fascinadas y nos sacamos millones de fotos. La propuesta de Julio Le Parc “VISION” es innovadora, tiene como propósito interactuar con los espectadores y mediante los colores y elementos que utiliza te hace formar parte y dejar alterar los sentidos “aprender a
ver de nuevo algo nuevo y perder la certeza de si lo que vemos es real o es solo una visión” es decir, reinterpretar, todo lo que nos rodea. En propias palabras del artista: “Se trata de despertar la capacidad potencial que tiene la gente de participar –de decidir por sí mismos- y de llevarlos a ponerse en relación con otra gente para desarrollar una acción común”.[1]
Salimos de la Exposición y el sol había vuelto a salir, antes de irnos dijimos trabalenguas y las chicas cantaron en francés. Luego fuimos a tomar algo a un barcito para después cruzarnos al ‘Mercado de las pulgas’ o ‘Paseo de los artesanos’, compramos algo y recorrimos. Caía el sol y el viaje de regreso comenzaba. Continuaron las charlas compartiendo mates y me sentí una más del grupo. La experiencia fue divertida, agradable y llena de colores. Como dice Edgar Morin “lo inesperado nos sorprende”…
Sofi
[1] Le Parc, Julio. (1968). “Guérrilla culturelle?”.